Los preparativos de la boda conllevan a una serie de gastos e inversiones importantes, de las cuales son pocos los recuerdos que podremos guardar y recuperar.
Uno de esos grandes gastos es el vestido de novia; tras la ceremonia hay dos opciones.
La primera es la práctica, que consiste en venderlo para recuperar parte de lo invertido. Las ventajas de esta opción son que no ocupará espacio en casa puesto que tenéis las fotografías y vídeos de recuerdo y que evitaremos tentaciones de volver a probarlo años después y encontrarnos con la ¡sorpresa! o el vestido a mutado o nos quedaba mejor ese día.
La segunda opción es la romántica-nostálgica es la de guardarlo como un preciado recuerdo de nuestro enlace. Y para este fin he creado este post. Ya que queremos conservarlo ¿cuál es la mejor forma?
Imagen a través de Burnetts Boards |
Si lleváis tiempo dándole vueltas a esta idea y consultando consejos seguro que os habéis topado con alguno nada acertado.
Advertencias importantes para no estropear vuestro recuerdo:
1. ¡Nada de papel de seda oscuro! y menos negro. El papel de seda es una buena opción para guardarlo del polvo, la luz y la humedad. Hay veces que se aconseja taparlo con papel oscuro para evitar que traspase la luz, pero además de que este material es translúcido, lo que ocurre es que con el paso del tiempo se puede tintar la tela o aparecer machas por los químicos de la tinta.
Solución:
Papel de seda sí, pero de color marfil o blanco. Lo aconsejable es un papel natural suave pero es difícil encontrar el adecuado puesto que los reciclados llevan demasiados químicos y la mayoría de kraft traspasan la humedad.
2. ¡Nada de remedios caseros! No intentéis quitar las manchas, aunque sean en la parte de abajo o interna. Al humedecer la la tela, la mancha podría extenderse al resto del vestido. Tampoco frotéis porque podría dificultar la extracción y sellarla.
Solución:
El primer paso es llevarlo a la tintorería cuanto antes. Si lleva alguna mancha que todavía esté húmeda, lo mejor para evitar sustos es envolver esa parte con papel absorvente (blanco) sin frotar o usar un bastoncillo con polvos de talco en las líneas de la superficie para que recoja la humedad y no siga subiendo. Lo mejor es intentar dejarlo en vertical separando las capas del vestido con papel en caso de que estén mojadas de césped.
Llévalo a una tintorería de confianza, busca opiniones o empresas especializadas. Si has decidido guardarlo sería una decepción que la tela se estropease, encogiese o cambiase de color.
3. ¡Nada de bolsas de plástico! Si ya tenemos nuestro vestido limpio e impecable, es hora de llevarlo a casa y conseguir conservarlo lo mejor posible. Uno de los errores más comunes es guardarlo en la misma funda que nos lo entregan o lo compramos. Normalmente son de color que pueden teñir el vestido o de plástico que suelta químicos, se amarillea, estropea y conserva la humedad en su interior.
Solución:
En primer lugar necesitamos una caja de cartón espaciosa que podamos guardar en un lugar seguro y sin humos, humedad o exceso de polvo. La caja debe ser opaca y de un color claro o cartón para evitar traspasos indeseados.
Cuando tengamos la caja hay que llenar el interior de papel de seda blanco o marfil para cubrir las paredes de posibles cambios de humedad. Las juntas las podemos tapar con cinta aislante por la parte exterior para evitar que entre la luz o el polvo.
Lo primero es envolver los apliques y botones que tengan metal para evitar que se oxiden y manchen la tela. Para ello usaremos papel de seda y pondremos celo o washi tape de papel en el borde para sujetarlo.
Lo siguiente es separar por materiales, si tu vestido tiene un corpiño acolchado o una enagua de tul, es recomendable guardarlos a parte ya que se degradan con el tiempo y podrían espolvorear la tela o adherirse a ella.
La falda puede separarse por capas con papel de seda, en caso de que sea un vestido de tipo princesa, meteremos papel de seda (nunca de periódico) arrugado en su interior para mantener el volumen y evitar arrugas.
Si plegamos el vestido en dos partes, es recomendable que la parte superior quede arriba en caso de que la hayamos rellenado, de este modo evitaremos que se deforme.
Una vez hecho esto podemos arrugar papeles para cubrir la superficie y una lámina sin arrugar en la parte superior.
Ya podemos sellar la tapa con cinta y sacarlo para airear cada 6-8 meses durante 10 minutos. Se puede colgar en una habitación ventilada en la que no haya luz directa.
4. ¡Nada de colgarlo mucho tiempo! Al ser un traje pesado puede perder la forma y estirar las costuras.
Espero que estos trucos os sirvan de ayuda para que podáis conservar vuestro vestido de novia en perfectas condiciones ¿Tenéis algún truco o experiencia relacionada?
Podéis escribir a tienda@tudiaconamor.es o dejar vuestro aporte en un comentario, toda ayuda es poca para conservar nuestros mejores recuerdos.